domingo, 5 de julio de 2020

WRESTLING EN TIEMPOS DE COVID

Por Rubén Clavería

La crisis de la COVID-19 nos pilló a todos por sorpresa. Nadie esperaba una pandemia de semejante magnitud. Y todo el mundo, en mayor o menor medida, se ha visto afectado. Yo ya empiezo a estar harto de pertenecer a esa generación que se come una crisis cuando termina otra. Pero eso es otro tema.

La WWE no ha sido menos y se vio afectada de cabo a rabo. Joder, una empresa de entretenimiento deportivo tan grande, eventos sin público, luchadores que inevitablemente tienen contacto... lo iba a pasar realmente mal.

Ya por abril, y en un escueto comunicado en su web, la WWE hizo oficial el despido de trabajadores de la talla de Kurt Angle, Rusev, Zack Ryder, Luke Gallows, Karl Anderson, Mike Chioda, Drake Maverick, Lio Rush y un largo etcétera. Estaban tomando medidas para salvaguardar la salud; sí, ya. Quizá por ello se obligó al poco público (que no eran más que luchadores del roster y gente del staff) a NO llevar mascarilla hasta hace unos días, ¿no?

Gracias a los despidos la fortuna de Vince McMahon pasó de 1.800 millones de dólares en marzo a 1.977 en junio. Bendita relación entre salud y dinero, de verdad.

A veces pienso que la WWE es un monstruo demasiado grande. Tanto que, pese a la situación actual, consiguió que el wrestling fuera declarado actividad esencial en Florida para poder hacer las grabaciones de sus shows semanales. Cierto es que gracias a ello (y a la mente privilegiada Mr McMahon) pudimos disfrutar de momentos que pasarán a la historia como el reformulado MITB 2020 o la lucha grabada entre The Undertaker contra AJ Styles en el pasado Wrestlemania 36.

La vida sigue, pero en la WWE parece que ha hecho un parón. Muchos luchadores no han querido bailarle el agua a Vince y se han negado a trabajar exponiéndose a un despido fulminante. Ya veremos en qué queda todo esto pero tanto los despidos como la negativa de varias superestrellas a luchar por el miedo al contagio han hecho mella en los shows. Aburridos, con decisiones absurdas y tirando de viejas glorias como Big Show o MVP.

Además, todo esto no sólo ha afectado a luchadores; también a guionistas, comentaristas, árbitros...

Admiro, por otra parte, el jugo que consiguen sacar en una situación así. Qué lejano queda marzo, ¿verdad? Pues han pasado ya casi 4 meses y la WWE sigue tan fresca o más que nunca.

Siempre te admiraré/odiaré, Mr McMahon.


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