jueves, 1 de octubre de 2020

WWE CLASH OF CHAMPIONS 2020

Por Diego José Fabián 

Volvió la pasada madrugada del domingo al lunes la WWE a poner todos sus títulos en juego. Esta vez de verdad, ya que en la últimas ediciones de Clash of Champions habíamos visto algún combate de relleno sin premio de por medio, que nada pintaba en tan especial noche. Cierto es que alguna prueba del puto Covid debió de ser sospechosa, ya que el combate por el título femenino de parejas entre Nia Jax y Shayna Baszler contra las Riott Squad se vio suspendido, al igual que la participación de Nikki Cross en su combate contra Bayley.

Tras la victoria de Cesaro y Nakamura sobre los Lucha House Party en el previo por el título en parejas de Smackdown, el Intercontinental abría la noche en su combate de escaleras, con Jeff Hardy, curtido en mil batallas en esta modalidad, que defendía ante el siempre elegante AJ Styles y el cara culo de Sami Zayn, que para mi enojo, salió victorioso de donde no debió. Aunque más doloroso fue si cabe, ver a Hardy lanzarse ante Styles en una escalera que acabó haciendo de tijera al primero al apartarse a tiempo el segundo. La foto nos lo muestra. No es que la swanton bomb a Zayn en el ring side desde lo alto de la escalera no me doliera, pero sabía que en algún momento iba a pasar. En el enlace la tenéis, literal. La resolución final fue una mala arte de Zayn, que usó unas esposas para maniatar a sus rivales (esposar a Hardy en una de sus dilataciones en la oreja fue como comer carne cruda), y hacerse con el cinturón.

La escalera-tijera

 Después vinieron una serie de combates semi-cortos hasta llegar a los dos últimos. En el primero, Asuka retuvo el campeonato femenil de Raw ante una, aún un poco verde, aunque cada vez con más actitud, Zelina Vega. No fue mucha rival para la japonesa, que sigue acumulando valor y prestigio.

Lo mismo que el hazmereír de Apollo Crews, que optó al USA Championship ante Bobby Lashley, y acabó rindiéndose como todo el mundo podía esperar. Sin más.

Más entretenida estuvo la lucha por el título en parejas de Raw entre los Street Profits y un tag team que personalmente me encanta: Andrade y Angel Garza. No tuvieron suerte los latinos, ya que todavía no terminan de congeniar como equipo, pero no tengo dudas de algo: o acaban haciendo algo muy grande en Raw, o estos dos terminan como el rosario de la aurora.

Bayley se había quedado sin rival ante la baja de Nikki Cross por el cinturón femenil de Smackdown, pero sorpresa... su rival fue Asuka, que tuvo la oportunidad de unificar títulos. Pero Bayley se asustó demasiado y optó por usar una silla, ser descalificada y retener el título. Lista, la muy jodida.

Llegamos así al combate de ambulancia por el WWE Championship entre Drew McIntyre y Randy Orton. Los primeros compases se desarollaron en el ring, pero a la primera salida de Orton... llega Big Show y le aplica un chockeslam en la mesa de comentaristas, que como era de esperar, acaba hecha trizas. Ya el resto del combate se desarrolla en el ring side y en los aledaños de la ambulancia, situada en la entrada del pasillo. También en el backstage, donde el catering acabó por los suelos. Ya otra vez en la ambulancia, la espalda del escocés terminó aterrizando en el parabrisas, por gentileza de un suplex de Orton. Otra rotura que apuntar en el inventario. De nuevo una aparición estelar: Shawn Michaels. Su "patadita" celestial noqueó del todo a un Orton que tiene a todo el pueblo en su contra y finalmente acabó metido en la ambulancia, perdió el combate y salió conducido por Ric Flair. Me reí un rato, por qué negarlo.

McIntyre dando a Orton de su propia medicina

 


Y para terminar, la tragedia familiar entre primos con el Universal en juego. Porque creo que no hace falta recordar a estas alturas el parentesco ente Roman Reigns y Jey Uso. Y hablo de tragedia, porque, personalmente, creo que el final que le dieron a este combate, la va a aumentar durante un tiempo. Hacía años que no veíamos algo así. Con Jey al borde del colapso, entró su hermano Jimmy a intentar parar el combate. La clave: una toalla blanca. En todo deporte de contacto, sabéis, queridos seguidores, que arrojarla significa que te rindes. Pues es lo que hizo Jimmy después de pensárselo un rato, ya que su gemelo andaba medio inconsciente por las spears recibidas, con lo que Roman retuvo. El futuro de esta historia sigue abierto, pero espero que Jey no tenga las secuelas esquizofrénicas que en su día tuvo Bob Backlund por perder un título de igual forma. Que los psicólogos están hasta arriba de trabajo en estos tiempos de incertidumbre general...

La toalla blanca

 




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