Por Rubén Clavería
No voy a negar que este Money In The Bank 2020 fue uno de los que con más ganas cogí en estos últimos años.
La
situación actual generada por el COVID-19 hizo que la WWE, una vez más,
tirara de ingenio en uno de los eventos más importantes del año. ¿Que
las condiciones prohíben la celebración de grandes eventos con público?
Pues lo hacemos sin él. Pero esta vez cambiaron las reglas.
Creo
sinceramente que el sorprendente resultado lo decidió Vince McMahon para
darse un capricho. Luego explicaré el porqué. Lo mejor es que os cuente
mi parecer sobre el trascurso de la velada. Ring the bell!
Muchos
me lo echaréis en cara pero he cogido la mala costumbre de saltarme el
visionado del Kick Off. Y creo que esta vez me perdí algo grande. Jeff
Hardy VS Cesaro. Una leyenda de la WWE VS uno de los luchadores más
menospreciados del roster. Creo que en estos días de reposo veré este
combate sólo por gusto.
Después vino la lucha por el
Campeonato de Parejas de SmackDown en una Lucha Fatal a 4 Esquinas que
enfrentó a John Morrison & MIZ, The New Day, Lucha House Party y a
The Forgotten Sons. Sólo de decir tanto nombre ya me ha dado algo de
pereza.
La verdad es que a este título le hace falta un buen push
porque, por Dios, The New Day cansan a las piedras. Entiendo el tirón
entre los más pequeños (por eso de los colorines, los gritos y los
bailes sin razón), pero ya está bien. Lo más triste es que no hay un Tag
Team creíble para destronar a los del Nuevo Día. En fin...
La
lucha comenzó rápida con un Kingston siempre correcto y un Gran Metalik
que no paraba de realizar piruetas al más puro estilo lucha mexicana.
Wesley Blake de The Forgotten Sons aprovechó para sacar a Kingston y
empezar a repartir mientras The MIZ, como buen niño repelente que es,
hacía burlas desde la esquina. Esto sólo lo arregló la entrada de
Morrison. Quizá sean sus 20 años de experiencia, pero cuando sale al
ring se respira otro ambiente. Siempre lo da todo. De hecho, el momento
más memorable de este combate lo dió él y Gran Metalik al saltar sobre
todos los demás luchadores situados en el ring side desde una de las
esquinas.
Forgotten Sons seguían haciendo su demostración de
fuerza, pero lo cierto es que les falta mucho carisma. Su reciente
ascenso al roster principal nos les ha ayudado mucho. Veremos cómo
avanza este Tag Team.
Por cierto, ¿dónde está Lince Dorado? Ah,
sí. Salió pasado medio combate cuando prácticamente nadie se acordaba de
él. El combate terminó con un innegable despliegue de fuerza de Big E
haciendo un pin a Gran Metalik para retener el campeonato.
Les siguió una lucha de relleno que en un principio iba a enfrentar a R-Truth contra MVP.
R-Truth
no será un gran luchador, pero es de los mejores showmans que tiene la
WWE. Salió rapeando y hasta se me escapó un “WHAT'S UP!” en respuesta a
los suyos. MVP, que hizo regreso en el pasado Royal Rumble, le dijo que
no, que él no era a quien se iba a enfrentar. Y aquí hizo aparición el
siempre cincelado Bobby Lashley. Un combate que terminó en cuanto Bobby
le pudo hacer una lanza a R-Truth para dejarlo partido en dos.
A
Bobby no le vino nada bien el nefasto manejo de personaje que hicieron
con él de un tiempo a esta parte. Su romance con Lana no me consiguió
sacar ni una sonrisa.
La lucha de escaleras por el
maletín del MITB se hacía esperar mientras Bayley defendía su Campeonato
Femeninio de Smackdown contra Tamina. ¿Alguien se cree a Bayley en su
papel de heel? Yo no. Es algo que me cuesta de sobremanera. Bayley como
heel no funciona, es innegable.
El combate fue aburrido y la
única emoción era ver a Bayley acompañada de Sasha Banks. Porque... no
soy el único que espera la traición de Sasha, ¿verdad?
Bayley se
cebó con la pierna de Tamina en varias ocasiones debilitando a la
luchadora de origen samoano. Intervino Sasha despistando a Tamina para
que así Bayley le pudiera aplicar el pinfall. Fin. Bayley retiene.
Arrebatarle
el Campeonato Universal a The Fiend en Arabia Saudí, con el buen manejo
del personaje que se había hecho hasta ahí, fue un error tremendamente
importante.
Después de pasar por varias manos, el defensor en
esta velada era Braun Strowman, que tenía que enfrentarse contra el
alter ego de The Fiend, Bray Wyatt.
Wyatt hizo referencia en un
principio a la amistad que los unió en La Familia Wyatt pero el monstruo
entre hombres le espetó que ya no es el que era. Así que, marcadas las
distancias, Braun fue pegando fuerte a Bray mientras éste, o su Fiend
interior, soltaba alguna carcajada.
La mesa de comentaristas fue
arrasada cuando Braun intento arrollar sin éxito a Bray que, al momento,
lo estaba esperando encima del ring con una nueva carcajada. Y es que
Bray sabe jugar con las mentes.
Apareció Huskus the Pig de la
Firefly Fun House dando ánimos desde el público e hizo que el dueño de
la casa de las luciérnagas creciera en violencia. Braun resistió un
Tornado DDT y un Sister Abigail; por algo lo llaman monstruo.
Bray
volvió a hablar con su demonio interior soltando un “I know!” y es que
es brutal el trabajo de interpretación que está haciendo.
Tras
varios golpes fuera del ring, Strowman apareció con su antigua careta de
oveja negra. Y es que Braun también sabe jugar con las mentes, al menos
con la de su antiguo “pastor”.
Parecía que un reencuentro de La
Familia Wyatt estaba más cerca pero, tras un abrazo fraternal, Braun
tira la careta al suelo y la destroza de un pisotón haciendo añicos
todas mis esperanzas.
Bray recibió un running powerslam que no
pudo soportar. Strowman retiene el título y se va mientras aparecen
destellos de The Fiend en pantalla. Algo que me indica que esta historia
no ha terminado.
Y ahora era momento para la mejor lucha
de la noche. El campeón de la WWE defendía título contra Seth Rollins.
Fue curioso ver a Seth El Mesías entrando con una nueva canción, que
pega bien con ese nuevo personaje heel que a mí no me termina de
convencer.
Siempre he mantenido que Drew McEntyre es el campeón que la WWE necesita. No hay combate que no demuestre su superioridad.
El
combate empezó con miradas desafiantes y ritmo pausado ya que el
antiguo miembro de The Shield no sabe por dónde atacar al gigante
escocés.
La falta de público tiene sus cosas buenas y sus cosas
malas. ¿Las malas? Pues que, si hubiera habido público, este combate
apuesto a que se hubiera proclamado como uno de los mejores del año. La
verdad, sin público se vive diferente. ¿Las buenas? Las palmadas que se
dieron en el pecho se pudieron escuchar hasta en la otra punta del
Atlántico.
Rollins sacó todo el arsenal; quizá la única manera de
superar a Drew. Saltó varias veces entre la segunda y tercera cuerda
para empujar al escocés que se encontraba en el ring side, soltó varios
rodillazos desde la mesa de comentaristas, debilitó la rodilla del
campeón para intentar derribarlo, pero... poco se puede hacer contra
esta bestia. El escocés se zafó de todos los golpes e hizo volar al
Arquitecto hasta la mesa que previamente había despejado. Ritmo
frenético.
Cuando Seth se consigue recuperar, coge fuerzas para
soltar varias patadas a la cabeza y a la rodilla de Drew, pero sólo
consigue cuenta de uno en el intento de pin. Y es que McEntyre sigue
siendo muy superior. Y a la vista está ya que después de recibir un Frog
Splash la cuenta del pin tampoco sobrepasó el uno.
El escocés
volvió a recibir un Superkick y un Curb Stomp pero nada puede superar un
Claymore infalible de un tío de casi 2 metros y 120 kilos de peso. Drew
mantiene el campeonato después de una lucha de titanes.
McEntyre
no quiso marcharse sin darle un apretón de manos a Seth y demostrar que
es mejor ser un ser humano mortal que un mesías.
Tras
la magnífica lucha que nos brindaron Drew y Seth llegó el esperado
momento. El combate de escaleras por el maletín del Money In The Bank.
Esta
vez, como comenté al principio, habían cambiado las reglas. La mecánica
era la misma pero esta vez los contrincantes tenían que ascender hasta
la azotea de la Titan Tower donde están ubicadas las oficinas de la WWE.
Era un evento grabado, un escenario diferente y tanto hombres como
mujeres luchaban a la vez. Era lógico que este MITB fuese tan esperado.
Fueron
presentados por este orden: Lacey Evans, Nia Jax, AJ Styles, Otis,
Carmella, Shayna Baszler, Aleister Black, King Corbin, Dana Brooke,
Asuka (que en un primer momento no apareció), Rey Mysterio y Daniel
Bryan.
De repente apareció la japonesa desde lo alto de una
cornisa del hall y se lanzó desde unos 4 metros de altura encima de
todas sus rivales. Esto hizo que quedaran aturdidas aprovechando Asuka
el desconcierto para subir por el ascensor. Chica lista.
Los
hombres, por su parte, comenzaron la pelea en la zona del gimnasio, lo
que me recordó a la lucha Orton VS Edge en el pasado Wrestlemania 36.
Corbin
lanza una pesa a Brian y rompe un espejo gigante. Pone cara de darse
cuenta de todas las posibilidades que puede dar esta lucha pero, como
tiene la inteligencia justa para sólo alardear de su trono, no llega a
asimilarlo.
Otis se ceba con AJ Styles. Aleister con Rey Mysterio. Y Corbin (no me sale llamarlo King Corbin, lo siento) con Bryan.
Otis atrapa a Styles bajo unas pesas y éste pide ayuda a un Rey Mysterio que le responde con un claro “Estás loco”.
Los
luchadores empiezan a correr por los pasillos cuando Rey Mysterio se
encuentra a Brother Love saliendo del baño con cara de haberse quedado
bien a gusto.
Siguen escalando metros hasta que las dos secciones
se encuentran en una zona de oficinas mientras se advierte a Asuka
escondida dentro del ascensor. Ante la confusión de qué camino elegir,
Asuka aprovecha para tomar ventaja y sale corriendo. Son varios los que
salen tras ella pero Otis, Bryan y Corbin nos brindaban uno de los
momentos más graciosos. Daniel Bryan enreda los brazos de Corbin entre
las cuerdas de un pseudo cuadrilátero y aprovecha para darle sus
certeras patadas en el pecho. Otis responde con un “YES!” a cada patada.
Cada vez las patadas son más rápidas y los “YES!” más seguidos, hasta
que todos estábamos gritando el lema del YES Movement. YES! YES! YES!
Muy gracioso. Justo después apareció un Doink The Clown detrás de un
sillón. Bonito recuerdo aquel personaje que pasó sin pena ni gloria por
la historia de WWF.
No podía estar más expectante por saber quiénes iban a ser los ganadores de los maletines.
Las
chicas entraron en la MITB Office y tras varios sillazos Dana Brooke
coge un maletín repleto de dinero que estaba colgado del techo.
Imposible, Dana Brooke no podía ganar y así se lo recordó Stephanie
McMahon. Debía subir hasta la azotea y coger el maletín que estaba ahí
colgado.
También nos brindaron otro segmento bastante interesante
mientras AJ Styles buscaba revancha por no haberle ayudado en el
gimnasio. AJ se encontró de frente con un gran cuadro del Undertaker y
hasta se le oyeron temblar los huesos. El Boneyard Match que nos
dedicaron en Wrestlemania 36 fue lo mejor de aquella noche y, aunque no
nos hayan explicado cómo salió AJ de aquella tumba, la rivalidad entre
ambos aún está latente. El miedo se le apoderó por completo cuando abrió
la puerta de una oficina y se encontró un ataúd con un aura azul
inquietante. Se paralizó de miedo y Aleister aprovechó para encerrarlo.
A
punto de llegar a la cima pasaron por una sala donde pudimos ver a Paul
Heyman a punto de zamparse la comida que yo me como en un mes. Tener a
Paul Heyman, a Otis y una mesa llena de comida sólo podía desencadenar
en una cosa: ¡guerra de comida! Se empezaron a tirar de todo. Fue
divertido. Tanto como cuando Otis, acto seguido, se fue al comedor y le
estampó un pastel en la cara a John Laurinaitis. Si el COVID no le
hubiese dado estas circunstancias, creo que se hubieran paseado muchas
más leyendas por el evento.
Después AJ Styles y Daniel Bryan nos
dieron otro gran momento de la noche cuando entraron en la oficina de
Vince dándose puñetazos sin percatarse que él estaba dentro. Aquí
pudimos confirmar que sí, Vince tiene huesos de dinosaurio en su
oficina. Muy gracioso también. Los echó con un simple “Fuera!” pero
volvieron a poner las sillas en su sitio, como niños arrepentidos. El
jefazo se lavó las manos (higiene ante todo) y siguió escribiendo en una
libreta amarilla el final de lo que se nos avecinaba.
Asuka, Nia y Evans habían sido las primeras en llegar a lo alto así que la suerte estaba echada.
Evans
mostró el “derecho de la mujer” a Nia y la dejó noqueada, eliminando
así a una de sus contrincantes. Después de varios forcejeos entre Evans y
Asuka, ésta le propinó un codazo que le dejó el camino hecho. Asuka
logra el maletín después, incluso, de quitarse al impertinente Corbin de
en medio.
Con Corbin todavía en fuera de juego, apareció Otis
para intentar subir por la escalera. Pero los escalones no aguantaban su
peso. Aleister y Rey Misterio intentaron también subir pero Corbin les
guardaba una sorpresa. Tiró a los dos cornisa abajo. Estuvo tan bien
hilado que parecía que los había tirado de verdad. Bien, Vince, bien.
Con AJ y Corbin peleando con el maletín ya fuera del arnés surgió de la
nada un Elias que reventó su guitarra en la espalda de Corbin.
AJ
Manos de Mantequilla Styles no agarra bien el maletín y cae en los
brazos de Otis que, sorprendentemente, se convierte en el ganador del
MITB 2020.
Uf, qué difícil es narrar un evento tan
extraño. No era un combate aluso. Me pareció un evento gracioso,
sorprendente e innovador.
Aunque a Otis le tengo especial cariño, no esperaba que ganase tan magno premio. Veremos cómo lo canjea.
Al principio comenté que el resultado lo decidió Vince para darse un capricho. Y así me reafirmo.
La
historia de Otis con Mandy Rose, Sonya Deville y Dolph Ziggler está
llena de intriga, traición, diversión, pena, amor, amistad y
resentimiento. Y la verdad es que hizo que le cogiéramos cariño al
gordito de Heavy Machinery. Pues... ¿sabéis quién está detrás de toda
esta historia? Sí, es el propio Vince McMahon el que bookeo todo esto y
la gente respondió como hacía tiempo no lo hacía. Otis campeón del MITB
es simplemente la guinda a SU pastel. Y yo, amigos, no seré quien se lo
eche en cara.